Freaks and Geeks


Subieron esta serie a Netflix y, coincidencia, leí opiniones bastante favorables. Parece ser que esta serie de 1999-2000, que fue cancelada antes del final de su primera temporada, se ha convertido en algo parecido a una serie de culto en los EE.UU.

No sé si fue porque la cortaron, o porque de ella salieron estrellas como Jason Siegel, James Franco o el infumable fumado Seth Rogen, pero vistos los dieciocho episodios que la componen, no vale demasiado la pena.

Es cierto que el primer episodio, el piloto, está muy bien, pero el resto de la serie es muy irregular. Va a la deriva constantemente. Hay hilos argumentales que aparecen, desaparecen y reaparecen sin saber muy bien cómo ni por qué ni para qué, pues quedan igual de deshilachados.

Freaks and geeks, aunque finisecular, va de chavales en un instituto de los años ochenta, e intenta retratar la época desde la perspectivas de dos grupos de estudiantes: los freaks y los geeks. Y aquí es necesario una breve apunte para evitar confusiones.

Nuestros frikis son los geeks de la serie, los tres chicos jóvenes de la derecha de la foto que se dedican a jugar a Dragones y Mazmorras. Los freaks son los fumetas, los pasotas, "bichos raros" que no quieren ser ni animadoras ni jugadores de fútbol americano.

Todo empieza cuando la protagonista, Lindsay Weir (Linda Cardellini), se aleja del buen camino de estudiante laureada para juntarse con los freaks. Ahí empiezan todas las malas decisiones de rebelde sin causa que la adolescencia trae consigo pero cuyas consecuencias son esquivadas por amnesia argumental.

El problema es que la serie parece un remake de Aquellos maravillosos años con una piel falsa de lobo encima y esas malas decisiones acaban siendo travesuras inocuas. Tocar a toda castaña Bad Reputation en el opening no te hace menos pacato ni beato.

Y es que, al final, todos los malotes que pasan por pantalla tienen su justificación en hogares rotos o en traumas infantiles. El mayor deseo de esos jamesdeanes es seguir la senda pautada que fingen denostar. ¿Acaso no era eso ya lo más manido en 1999?

Freaks and geeks es una serie tan pro sistema como otras que nuestra adolescencia veneró. Su evolución irregular, con cambios inexplicables de tono en la trama general y de comportamiento en los personajes, acaba por cerrar el grifo a algo potable.

Eso sí, los fans de Ellen Page pueden alegrarse de haber descubierto una versión más adulta de ella en la radiante Linda Cardellini. Su sonrisa es puro amor.

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