Dos cómics: Sesión de tarde y Texas Cowboys


Sesión de tarde
de Stephen Hausdorff y Jonathan Lara

Me ha gustado mucho la edición de este cómic en un sólo volumen de La Cúpula. La tapa blanda semirígida y su buen tamaño (15x21cm) lo hacen muy cómodo de leer. Cuenta la historia de Isaías, hijo de un proyeccionista ambulante desaparecido. Con la furgoneta del padre, recorrerá los pueblos de la España de 1982 recogiendo pistas sobre su paradero mientras gana dinero o sustento a cambio de pases en cines populares.

El dibujo, caricaturesco, tiene un estilo propio, diferenciador, y la historia guarda un toque dramático lleno de nostalgia. Sin ser un tebeo político, se interesa por las actitudes y el comportamiento de la gente a principio de los ochenta, no muchos años después de la muerte del dictador. Es un poco simplista tal vez, y tira bastante del recurso sentimental, pero es agradable de leer y avanza a un buen ritmo, desvelando la trama poco a poco. Me gustó.


Texas Cowboys
de Lewis Trondheim y Matthieu Bonhomme

Del mismo dibujante de alumbró el maravilloso El hombre que mató a Lucky Luke, apoyado esta vez en un guión de Trondheim (Mis circunstancias, La Mazmorra), nos llega otra historia que sabe a Far West, a polvo, a vaqueros. ¿Me ha parecido que el especial del 70 aniversario del vaquero más rápido que su sombra? Diría que no.

Parece que se inspira en hechos reales o, al menos, algunos de sus personajes son históricos, como el marshall Jim Courtright y el bandido Sam Bass. La historia cuenta el viaje a Fort Worth del periodista Harvey Drinkwater, enviado por su jefe a escribir artículos sensacionalistas de tiroteos y matanzas. Aunque pueda haber clichés del cine y la literatura del Oeste (a la que contribuye Drinkwater con sus artículos), la intención de la narración es ser más realista y menos épica.

No me desagrada del todo la idea porque se respira en los diálogos, en la ambientación, que estamos en un cómic de vaqueros. Pero la verdad es que es un cómic difícil de seguir, pues hay muchos flashbacks y elipses. De ser lineal, o haber mantenido un desorden menos caótico, estoy convencido que me hubiera gustado más. Aun así, lo disfruté. Existe una segundo volumen con más historias.

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