Una contra tres: Tomorrowland, Super 8, Hotel Transilvania y El señor de la guerra

Tomorrowland (2015)

Esta película de ciencia ficción para todos los públicos está inspirada en una zona temática de Disneyland California. Aunque infantil, la disfruté mucho. Es entretenida y está repleta de maravillosos efectos especiales. ¿Qué sucedería si el mundo futurista que muestran en el cine fuera real? ¿Y por qué se mantiene oculto? Un divertido cascarrabias y una joven muy guerrera buscarán descubrir el misterio mientras intentan salvar el mundo de hoy para preservar el del mañana.


Super 8 (2011)

Me dejó con la boca abierta, y no en el buen sentido. La gente parece alabarla tanto, y es tan absurda... Nunca he visto un accidente de tren más desproporcionado e inverosímil. Parece un sketch paródico del cine de Michael Bay. Desde esa escena, no dejé de pensar en lo estúpida que era. ¡Y consigue superarse! Comparan Strangers Things con ella, pero más allá de la estética ochentera, la serie de Netflix entronca mejor con Expediente X que con este bodrio sin pies ni cabeza.


Hotel Transilvania
(Hotel Transylvania, 2012)

Pixar subió el listón para siempre, y no se puede dejar de valorar una película de animación sin tener en cuenta sus trabajos. Y la historia de este vampiro que no quiere que su hija abandone su monstruoso hotel por miedo a los humanos no consigue estar a la altura. Oscila tondo el metraje entre lo ñoño y lo tonto. Ningún personaje engancha ni destaca, los chistes son para niños y el doblaje, desde luego, no ayuda. La canción de rap del final es un What The Fuck en toda regla.


El señor de la guerra
(Lord of War, 2005)

El enfoque de esta historia basada en el traficante de armas Viktor Bout es demasiado cliché. Tratar un tema tan duro desde una óptica distanciada pero molona ya no escandaliza a nadie, mucho menos su intento de cerrar la trama con una bofetada fatalista y cruel. Este guión de ascenso y caída es demasiado previsible. Para acabarla de matar, el personaje de Nicholas Cage resulta tan vacío como el casquillo de una bala recién disparada o como el cráneo contra el que impactó de pleno.

No hay comentarios