Star Wars: Los últimos Jedi [CON y SIN SPOILERS]


SIN SPOILERS

La vi ayer y estoy confundido. En el cine, me encantó, me lo pasé pipa. Fui sin ver el tráiler, evitando cualquier tipo de información, ¡hasta el cartel!, y salí completamente flipado sin ser fan de la saga. Mi pareja, en cambio, no. Ella había visto las distintas promociones y, aunque se lo pasó bien, no le fascinó ni la mitad.

Fuera de la sala, empezó a mirar críticas en internet, y yo hice lo mismo por mi lado. Lo cierto es que durante las dos horas y media de metraje estás recibiendo tantos estímulos que no tienes tiempo para procesar las imágenes y ponerte a pensar. Es luego, cuando te pones a reconstruir el guión, que ves los numerosos agujeros y detalles sin explicación.

Sigo considerando que es un producto de entretenimiento sensacional, que tiene espléndidas ocurrencias en el apartado estético y que, dentro de la mucha porquería que nos llega con chorrocientos efectos especiales, está fantástico. Pero las incongruencias abundan, y pueden que te amarguen la diversión, sobre todo si eres un seguidor acérrimo de la franquicia.


DUDAS LLENAS DE SPOILERS

Tras el buen rato, las dudas empiezan a aflorar, y uno se da cuenta del queso de Gruyère que ha digerido. La película sabe captar tu atención, sabe mantenerte extasiado, pero carece de cualquier capacidad para ofrecer respuestas a los enigmas planteados.

  • Snoke muere sin que conozcamos ni sus orígenes ni quién es. No hubo tiempo para eso en ciento cincuenta minutos, pero sí para enteramos de cómo Luke sobrevivió en la isla de Ahch-To pescando de la manera menos práctica posible y bebiendo la leche más repugnante existente. 
  • En la misteriosa isla obtenemos las mismas respuestas que en la de Perdidos: ninguna. Ni Rey descubre quiénes son sus padres tras una larga secuencia chupimística, ni Skywalker le da entrenamiento Jedi porque vive demasiado atormentado con sus movidas familiares. Si hubo quien soltó bilis porque la chica venciese a Kylo Ren en la primera, aquí se va a ahogar en sus propios espumarajos después de ver cómo aumentan sus poderes con tan sólo triscar y dormir.
  • Con Leia sucede algo similar. Por supuesto, ella tiene más tablas y resulta menos incoherente, pero su primera vez usando la Fuerza en pantalla es chocante y exagerada. ¿Desde cuándo puede, y con qué entrenamiento? Hay demasiadas elipsis en la trama.
  • El viaje de Rey tiene tanto sentido como el de Finn y Rose. Los dos se marchan en busca de un descifrador de códigos sin parangón, vuelven con una especie de vagabundo tartaja que puede hacer lo mismo y no consiguen desactivar el rastreador sin ser descubiertos. Por suerte, todo este rollo no era necesario porque había otro plan desde el principio que los altos mandos no habían explicado. ¿Por qué guardar un secreto así si es necesario que todo el mundo participe? ¡Que quedáis cuatro gatos!
  • Tampoco Luke cuenta su plan cuando va a ayudar a los supervivientes en Crait. Tiene que ser Poe quien deduzca que no está ahí chuleando sino intentando ganar tiempo para que los rebeldes escapen. Lo cual me lleva a preguntarme, ¿cómo es que Leia no se da cuenta de que su hermano es una proyección cuando le da el beso en la frente?
  • Más confuso me deja el personaje de DJ, un hacker buscavidas que sale de la nada para regresar a ella después de un cambio de bando repentino. ¿Y cómo pudo revelarles al enemigo el plan secreto de los rebeldes si ni el mismo Poe lo conocía en su última comunicación?
  • En mitad del caos y la destrucción, Phasma vuelve a por Finn porque sí, para ofrecerle la batalla al espectador, sin lógica ni estrategia militar alguna. Encima, vuelve a ser derrotada de manera tan humillante como en la película anterior. ¿De dónde sale la nave o plataforma que eleva a Finn y lo salva de una muerte segura?
  • Habría que cambiar la expresión deux ex machina por BB-8. El robotito puede hacer de todo, desde empalmarte dos cables a tumbar a tres carceleros armados disparando monedas o capturar un AT-ST enemigo para ametrallar a diestro y siniestro. Más apañado que una Termomix.

Cualquier persona con más conocimientos de la saga, sacará muchas más incongruencias. O tal vez resuelva las que expongo. Como sucede con Mad Max: Fury Road o con las películas del universo Marvel, las compañías están apostando por obligar al espectador no sólo a ir al cine, sino a ver series, leer tebeos o jugar a videojuegos para conseguir completar los puzles argumentales.

Dicho esto, no voy a hacerme el digno. Rian Johnson me ha embelesado con el combate de Luke Skywalker, con la maniobra de la vicealmirante Holdo y, aún más, con la batalla de Crait. Ha sido una delicia visual mejor que el Piromusical de Rubí. Ni en un sólo momento he pensado que me la estaban metiendo doblada*.

________
* Bueno, sí, cuando he visto ese engendro mitad foca, mitad pingüino, pretendiendo ser una cucada y no un error de diseño genética, he notado el regusto amargo de la arcada en mi garganta. Fuera de este tropiezo, he sido un niño comiendo palomitas.

No hay comentarios